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Robar en la casa del narco equivocado

Crítica

Ridley Scott presenta 'Ladrones de drogas', un drama criminal con Brian Tyree Henry reclamando su espacio como actor protagonista

Brian Tyree Henry (Atlanta) con Wagner Moura (Narcos) de aliado.

Apple TV+

En Ladrones de drogas, que Apple TV+ estrena este viernes, no tenemos exactamente dos Robin Hoods pero sí dos personas que, teniendo en cuenta los círculos en los que se criaron, intentan ganarse la vida de la forma más honrada posible dentro del mundo criminal. Ray y Manny, amigos de toda la vida, se visten con uniformes de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y ejecutan falsas redadas en casas de narcotraficantes sin demasiada experiencia. Las víctimas de sus atracos acaban esposados en el suelo, ellos se llevan el dinero, quizá colocan el producto a algún conocido interesado y vuelven a sus vidas rutinarias.

La idea es que, si muestran autoridad (imitando los soliloquios vistos en las películas), los narcos de poca monta solo recordarán las armas y las placas cuando hayan abandonado el domicilio. Este método les funciona para vivir por encima del umbral de la pobreza hasta que, siguiendo una información incompleta, entran en la casa equivocada: el laboratorio de una banda supremacista, bien organizada, sin miedo a dejar un rastro de sangre hasta meterles una bala en la cabeza.

Dos amigos de infancia, criados en los bajos fondos, se dedican a hacer falsas redadas en casa de traficantes de poca monta para llevarse su dinero y material

Ridley Scott, desde su productora Scott Free, dirige el primer capítulo de esta serie de Peter Craig, el guionista que ideó la historia de Gladiator 2 y que también ha firmado The Town, The Batman o Top Gun Maverick. Con Wagner Moura (Narcos) como compañero de redadas, Ladrones de drogas es la oportunidad de Brian Tyree Henry (Atlanta) de aplicar su mirada de bonachón a un rol televisivo protagonista.

Entre manos tiene a un hombre dañado, cuyo padre está en prisión después de marcar su infancia, ya fuera por los malos tratos a los que sometía a su madre, sus negocios turbios o cómo le encerraba en habitaciones y armarios para colocarse. A través de flashbacks, se reconstruye ese pasado, que obliga a ver a Ray como un hombre decente. Henry, además, no tiene problemas para cargar con el peso de la serie: quizá sean golosas las redadas pero su virtud como actor es transmitir bondad y fondo con la mirada y desde la naturalidad.

Kate Mulgrew, de 'Orange is the new black', es la madrastra.

Apple TV+

La producción de Apple TV+ parece estar pensada para quienes echan de menos dramas criminales como Breaking Bad y Ozark: historias que estimulan al obligar al espectador a ver, comprender y hasta excusar a antihéroes. Pero a los nostálgicos de esta clase de relatos quizá les sorprenderá la ausencia de humor.

Hay un intento de crear camaradería desenfadada a partir de los diálogos y de las situaciones peligrosas que les sobrepasan, pero el potencial cómico queda ahogado por la acumulación de desgracias. Están los flashbacks, está la ciudad decadente, está la acumulación de traumas y también un tratamiento de la imagen que consiste en prohibir el color.

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El punto de partida de Ladrones de drogas, además, obliga a suspender la incredulidad desde el momento en el que deciden entrar en una casa que no han investigado, en una área que no conocen y guiados por un contacto recién salido de prisión al que le tiembla el pulso y al que ni el Joker de Joaquin Phoenix le daría una pistola. Si se roba cualquier atisbo de luz a una historia, el guion por lo menos podría ser intachable.