EEUU

Los 5 miembros de una familia española mueren al estrellarse el helicóptero durante una visita turística en Nueva York

Los fallecidos son Agustín Escobar, directivo de Siemens, su esposa y sus tres hijos. El helicóptero se fragmentó en el aire y perdió la cola, el rotor y las hélices

Las causas del accidente se desconocen y no hay una explicación oficial. La empresa New York Helicopter ya tuvo un accidente en 2013.

Más información: Agustín Escobar, expresidente de Siemens España, muere con su familia en un accidente de helicóptero en Nueva York

Nueva York (EEUU)
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Un viaje planeado para el recuerdo que terminó en tragedia. Una familia española, dos adultos y tres menores, han muerto en la tarde del jueves en Nueva York después de que el helicóptero en el que realizaban una ruta turística para disfrutar del skyline de Manhattan se precipitara al río Hudson, cerca de la ribera de la vecina Jersey City.

El piloto también murió, según ha confirmado el alcalde de la ciudad estadounidense, Eric Adams, quien se desplazó hacia el lugar del impacto tras recibir las primeras informaciones de la investigación. Los fallecidos son Agustín Escobar, ejecutivo de la sucursal española de Siemens, su mujer y sus tres hijos –de 4, 5 y 11 años—.

"Eran visitantes que solo querían ver un horizonte pintoresco y legendario. Y desafortunadamente perdimos a cinco miembros de una familia y a un piloto. Nuestros corazones están con ellos", indicó, por su parte, el regidor de Nueva York visiblemente afectado.

El presidente estadounidense, Donald Trump, lamentó el accidente afirmando en Truth Social que "las imágenes son horribles". Por su parte, Pedro Sánchez publicó un mensaje en X donde dijo que es una "tragedia inimaginable". "Acompaño en el dolor a los allegados de las víctimas en este momento tan desgarrador", añadió.

El helicóptero se fragmentó

Las causas concretas del fatal accidente se desconocen y no hay una explicación oficial, aunque los vídeos grabados por los testigos y sus testimonios dejan lugar a pocas dudas. El aparato se fragmentó en el aire y en el momento de la caída había perdido parte de la cola, el rotor y las hélices, quedando únicamente el cuerpo, que terminó sumergido boca abajo en el agua, cuya temperatura era de unos 7 grados Celsius (46 Fahrenheit).

Tampoco se sabe si hubo un error mecánico irreparable, un choque previo o una explosión. Lo que sí se sabe es que la empresa New York Helicopter, que operó este fatídico viaje turístico y lleva 30 años en funcionamiento, ya tuvo un accidente en 2013 cuando transportaba a cuatro turistas suecos. A diferencia del accidente sucedido este jueves, todos los pasajeros, incluido el piloto, sobrevivieron.

"Sonó como si un motor se estuviera muriendo... y cuando me giré vi el helicóptero estrellarse y salpicar al agua", explicó este jueves a los informativos de la cadena televisiva NBC News un testigo, Dominick Cognata, que se encontraba practicando deporte en la orilla de Manhattan en el momento del incidente.

Cognata llamó inmediatamente a los servicios de emergencias, cuyos responsables indicaron que recibieron multitud de alertas a partir de las 15:15 horas (21:15 hora peninsular), la mayoría provenientes de testigos que vieron de cerca el suceso, que paralizó el tráfico en las riberas de Jersey City y Manhattan, separadas por el concurrido río Hudson, un área de tránsito conectada por túneles y puentes que registra un intenso tráfico de vehículos, trenes y aeronaves a cualquier hora del día.

"Lo vi perder sus piezas"

"Miré al cielo y vi al helicóptero perder sus piezas, la cola se desprendió y según se caía las hélices seguían ahí, en el aire", narró por su parte otro testigo, Bruce Wall, quien tuvo tiempo de grabar el suceso y cedió el video a los equipos de emergencia.

Las autoridades han logrado recrear la ruta del aparato, un modelo Bell 206: Despegó desde el helipuerto del Distrito Financiero, en el sur Manhattan, en torno a las tres de la tarde, se dirigió primero a la Estatua de la Libertad y luego recorrió toda la margen oeste de la emblemática isla hasta el norte, dando la vuelta al llegar al puente George Washington. Fue en el recorrido de regreso cuando perdió el control y se precipitó al agua cerca de Jersey City, a la altura de una reconocible estatua de Jaume Plensa y de un grupo de viviendas y oficinas ubicadas frente al muelle 40 de Manhattan.

A esa hora, Nueva York experimentaba lluvias intermitentes y el cielo estaba cubierto de nubes, pero no había una niebla que impidiera observar con claridad los edificios o el horizonte. Según los reportes locales, la visibilidad era de 16 kilómetros y las ráfagas de viento alcanzaban un máximo de 34 kilómetros por hora.

El agua del río Hudson, por su parte, registraba una temperatura de entre 6 y 8 grados Celsius. Hace unos meses experimentó varias heladas, pues Nueva York ha vivido uno de los inviernos más fríos de los últimos años, con mínimos de temperatura que rozaron los -20 grados.

Dos pasajeros fueron al hospital

Tras recibir las primeras llamadas, los equipos de emergencia de Nueva York, Nueva Jersey y la Guardia Costera se dirigieron inmediatamente a las 15:17 horas a la zona del accidente, donde los rescatistas localizaron rápidamente los cuerpos de los pasajeros.

"Cuatro víctimas fueron declaradas muertas en la escena y otras dos en los hospitales del área", explicó Jessica Tisch, Comisionada de Policía de la ciudad de Nueva York.

El viaje fue contratado a través de la empresa New York Helicopter. En su página web se promocionan tres recorridos recreaciones que parten desde Manhattan y cuyos precios van desde los 270 dólares por persona para la ruta más breve, hasta los 400 dólares por persona para la más larga. También ofrece traslados en helicóptero desde y hacia los aeropuertos de la metrópolis y viajes privados.

Una actividad muy habitual

Los viajes turísticos en helicóptero son muy habituales en Nueva York, un destino turístico mundial que atrae a visitantes con alto poder adquisitivo y que cuenta con una de las siluetas urbanas -o skyline- más reconocibles del mundo.

"Es una industria bien regulada", explicó Jeff Guzzetti, ex analista de la Administración Federal de Aviación (FAA) en la cadena NBC.

La noticia ha ocupado titulares los programas informativos de todo el país y ha reabierto el debate sobre la aviación recreacional, especialmente en helicóptero y en zonas tan densamente pobladas como Nueva York.

Cada día, decenas de miles de vuelos turísticos en helicópteros salen de helipuertos de Nueva York y alrededores para hacer recorridos que permiten ver los emblemáticos de la ciudad desde arriba y que pueden ir desde Central Park a la Estatua de la Libertad en 15 minutos.

Con las redes sociales, la práctica se ha hecho muy popular a pesar de su elevado precio. Solo en el helipuerto del Distrito Financiero de Manhattan despegan cada año unos 30.000 viajes turísticos, a pesar de que en 2016 la ciudad promulgó una norma que recortaba a la mitad los permisos para este tipo de vuelos tras recibir quejas por contaminación y ruido.

El suceso de este jueves es el tercer accidente mortal de este tipo de viajes en Nueva York de las últimas dos décadas. En 2009, un helicóptero que en el que viajaban a turistas italianos chocó con un avión privado sobre el río Hudson, matando a nueve personas. Fue el mismo año que un avión aterrizó de emergencia en ese río, en el suceso conocido como "el milagro del Hudson" y en el que todos los pasajeros sobrevivieron.

En 2018, otro helicóptero cayó al East River, en el lado contrario de la isla, cinco turistas se ahogaron, y solo el piloto sobrevivió. Al menos 32 personas han muerto en accidentes de helicóptero en Nueva York desde 1977, cuando se popularizó este tipo de rutas turísticas.